Ibiricu se sitúa a 10,5 kilómetros de la capital navarra. Se accede a él a través de la NA-150 que atraviesa el Valle de Egüés en dirección a Aoiz.
El entorno que rodea al pueblo está dominado por campos de cereal y pequeños montes entre los que destaca el Urri en cuya cumbre encontramos una extensa explanada de 45.000 m² donde se cree puede encontrarse un yacimiento de la edad de hierro.
Históricamente, a diferencia de muchos de sus vecinos ostentó el rango de villa. Una categoría que perdió con la reforma administrativa de 1835-1845 por la que pasó a considerarse Concejo de Ibiricu. Anteriormente a dicha reforma era gobernado por el diputado del valle y el regidor del pueblo que era elegido por los vecinos del mismo.
De esta época se conservan dos interesantes datos que nos hablan sobre la economía y la vida social del pueblo.
En Ibiricu el siglo pasado había un molino harinero que probablemente se nutría de los campos de cereal que dominan el Valle de Egüés. Es lógico suponer que atraía jugosos beneficios al pueblo del resto del valle.
Además, contaba con escuela propia, lo que en aquella época era un lujo como lo demuestra el hecho de que en este edificio recibieran también sus clases niños de otros 10 pueblos vecinos (Azpa, Eransus, Elía, Echalaz, Ustarroz, Egüés, Elcano, Sagaseta, Egulbati y Alzuza). No obstante, sabemos que en 1847 Ibiricu compartía el maestro con Elcano. Este residía 2 años alternativamente en cada pueblo y entre los dos sufragaban los gastos que ocasionaba. Aunque, el maestro también recibía alguna retribución directamente de sus discípulos.
De poco después, 1876, data la fuente-abrevadero de Ibiricu que hoy día queda dentro de su casco urbano y que supuso en su época una importante comodidad para los vecinos del pueblo.
El patrón del pueblo en cuyo honor se erigió la parroquia de Ibiricu es San Juan Bautista. A este santo tradicionalmente se le han dedicado las celebraciones del 24 de junio, aunque las fiestas de Ibiricu han sido trasladadas a la última semana de agosto.
De entre las diferentes obras de carácter religioso-artístico que pertenecen a la parroquia de San Juan Bautista destaca la cruz procesional de plata cuyo origen se remonta a 1568. Cuatro años después se le añadieron las imágenes de los evangelistas y de algún otro santo todos ellos realizados también en plata.
(Fuente: Presidenta Concejo de Ibiricu, Mª Rosario Martínez Zabalz, Enciclopedia de Navarra y Plan Municipal del Valle de Egüés).