Iglesia del siglo XIII. Modificada en 1588. Planta rectangular, tres tramos desiguales más cabecera recta.
En la trasera de la iglesia hay un aparcamiento más accesible al que se entra desde la salida del pueblo dirección Echálaz.
Los habitantes de Ibiricu, junto a los de Elcano y Egüés, renuevan cada último domingo de abril la tradición de honrar a San Pedro Mártir desde hace ya más de 500 años. El origen de la invocación surgió tras una plaga que asoló los campos.
La iglesia San Juan Bautista de Ibiricu está inspirada en dos estilos arquitectónicos diferentes. Tal y como sucede con otras tantas iglesias del Valle, en este templo se pueden apreciar las diferencias entre la obra original, datada en el siglo XIII, y la reforma posterior dirigida por Maese Miguel de Altuna, que hacia 1588 reclama los 2.200 ducados de la tasación.
Los tres tramos de la nave, de hechura desigual, son originarios de la época medieval, mientras tanto las capillas laterales como la cabecera recta pertenecen a la reforma llevada a cabo en el siglo XVI.
El exterior del templo nos muestra la diversidad de materiales utilizados en las sucesivas obras de restauración, que, si bien restan algo de vistosidad al conjunto, son un muy bien ejemplo de las diferentes fases de construcción que ha conocido.
Desaparecida la Cruz parroquial de 1568.
En el interior se guarda una buena maqueta de la iglesia, que podría ser obra de algún vecino/a.