Esta iglesia, restaurada y retejada en 1992, se encuentra en buen estado. El jardincillo frente a la entrada desmerece el conjunto: bancos en mal estado, arbolado pendiente de reponer.
Planta rectangular de cuatro tramos con cabecera recta. Se conservan del siglo XII la portada y la torre, el resto de los elementos visibles corresponden a la reforma realizada entre 1710 y 1714 en estilo barroco.
Como tantos otros ejemplos de arquitectura religiosa en el Valle de Egüés, la iglesia de San Pedro de Olaz tiene su origen en el siglo XII. El exterior está dominado por una sensación compacta, donde lo único que indica el paso por diversas reformas es el cambio de materiales.
La torre es un buen ejemplo. Su primer cuerpo corresponde al siglo XII, aunque sabemos que en 1566 Miguel de Amézqueta contrató la obra del remate del segundo cuerpo de la torre, donde hoy en día están alojadas las campanas. Al antiguo templo corresponden tanto la puerta, como la torre y parte de los muros.
Sin embargo, la reforma barroca transformó susceptiblemente el aspecto del conjunto arquitectónico, añadiéndole dos capillas laterales y, sobre todo, la cubierta con bóveda de medio cañón que se extiende a lo largo de los cuatro tramos de la nave y la cabecera recta. San Pedro es, pues, el protagonista del retablo mayor. La figura del santo, al igual que el calvario que ocupa el ático, se hicieron expresamente para el retablo.