Alzuza está situado sobre un alto entre los barrancos de Andazelai y Alzueta.
Dista de Pamplona 8 kilómetros y tiene una extensión de 256 hectáreas (con una destacable proporción de 89 hectáreas de monte maderable).
Actualmente, se encuentran censados en Alzuza un total de 302 vecinos que se reparten tanto por el reducido casco urbano del pueblo, como por la urbanización Errikotxiki y la urbanización Alzuza-2 que vienen a completar la dotación residencial del pueblo. Precisamente, la construcción de la primera urbanización (1975), así como el establecimiento en Alzuza de las religiosas benedictinas en su monasterio de Señora María Magdalena explican el crecimiento demográfico experimentado por el pueblo a partir de los años 70.
Se ha construido en Alzuza un museo dedicado monográficamente a la persona y obra del escultor guipuzcoano, afincado en Navarra, Jorge Oteiza. Este autor de reconocido prestigio internacional fijó su residencia en el pueblo al tiempo que este se enfrentaba a su despegue como zona residencial de alto nivel. Por aquellos años, se restauró tanto la casa en la que ha vivido el propio Jorge Oteiza (ahora convertida en casa-museo) como la casa del cura que se convirtió en Hogar del Misionero regentado por los Padres salesianos. El diseño del edificio que alberga el museo es obra del arquitecto navarro Sáenz de Oiza (autor, entre otros, del edificio de la UPNA en Pamplona, o de la sede del BBVA en Madrid). En su interior se puede contemplar un conjunto de obras del artista que dan una visión completa de la importancia de su obra, así como de lo que ha intentado transmitir por medio de su trabajo.
Alzuza aparece ya documentado con la categoría de lugar en 1105 con motivo de la donación de una viña situada en su término a la alberguería de la catedral de Pamplona. También hay constancia de que su iglesia pasó a estar adscrita al hospital de Señora María de Roncesvalles hacia 1134. Parece ser que, en torno a 1928, este pueblo era el núcleo más populoso del Valle de Egüés superando incluso al propio Egüés, cuya población doblaba. Sin embargo, al ser un lugar que no dependía directamente de la Corona sino del señorío nobiliario, sufrió más los efectos de las crisis posteriores que invirtieron esa situación en menos de un siglo.
La iglesia parroquial de Alzuza data del siglo XII y está dedicada a San Esteban. Su obra más notable es el retablo mayor del siglo XVI de estilo barroco. En él se aloja un sagrario romanista de la misma época. Lamentablemente, fue robada del lugar una talla de la virgen sedente con el niño del siglo XII que presentaba la típica rigidez románica.
(Fuente: Presidente Concejo de Alzuza, Joaquín Garatea Crelgo, Enciclopedia de Navarra y Plan Municipal del Valle de Egüés).